Pritchard Themis
Pritchard Themis, que se describe a sí mismo como «un pequeño estudio compacto del este de Londres», lleva desde 2004 creando proyectos de iluminación para clientes comerciales y residenciales de alto nivel y mucho más. Desde iluminación funcional para aviones y vestíbulos hasta iluminaciones escenográficas para fachadas y espacios sagrados, la experiencia del estudio ha llegado tan lejos como la luz.
El diseño de iluminación tiene que ver tanto con la ausencia de luz como con la luz, con el contraste, con la textura, con los tonos. Para nosotros, no se trata de uniformidad.
Somos un estudio pequeño situado al este de Londres y creo que siempre nos hemos esforzado por ser lo más colaborativos posible como empresa. Creemos que es la única manera de llegar a una conclusión sensata en cualquier proceso de diseño.
El edificio te da el contexto, pero lo importante es cómo das forma a la experiencia, lo cual puede sonar increíblemente pomposo, pero hay que entender hasta qué punto el diseño de la iluminación puede marcar la diferencia en la experiencia del espacio.
Creo que eso es lo que nos motiva constantemente: cómo podemos mejorar el espacio, cómo podemos hacer que la gente se sienta más positiva en él.
Las lámparas Flos siempre están muy bien pensadas y son elegantes. Sabes que están bien hechas y que han pensado en los materiales. Son sofisticadas y satisfacen tanto la estética arquitectónica como las aspiraciones del cliente.
Sabemos que podemos confiar en las luminarias en sí mismas y, para nosotros, es igual de importante el apoyo que nos brindan. Flos se compromete a mantener y apoyar el proyecto más allá del punto de venta.
El equipo de Flos está siempre ahí, sobre todo cuando se trata de luminarias que necesitan un toque extra de cariño en cuanto a instalación y detalles.
Light Shadow
Light Shadow lo tiene todo. Es bonita, pero también funciona como queremos los diseñadores de iluminación. Tiene presencia en el espacio, pero no desvía la atención, es lo mejor de los dos mundos.
Light Shadow es como un elemento sagrado que ofrece una sensación de lujo. Llama la atención cuando entras por primera vez en un bar, pero también funciona cuando quieres luces más discretas en un entorno doméstico. Creo que aún no hemos explotado todo su potencial.
Es muy compacta. Es una pieza muy limpia, lista para ponerla donde quieras, pero es tan bonita que piensas: «No quiero usarla en todas partes». Es el accesorio por excelencia para un buen sitio.
