Tal y como evoca su nombre, a través de esta creación del diseñador neerlandés Marcel Wanders es posible disfrutar de un «jardín celeste» gracias al difusor de suspensión, que está decorado por dentro con flores, bayas y hojas. Es una composición que recuerda a los techos de yeso que antes se decoraban.
«En mi antigua casa teníamos un techo antiguo fabuloso, de yeso decorado. Yo lo llamaba mi «jardín celeste», y aunque no fuera yo un buen jardinero ni lo cuidase bien, siempre estaba exuberante. No necesitaba agua, ni sol, le bastaba con los cálidos rayos de la luz eléctrica que brillaba por debajo.
Me gustaba tanto que cuando tuve que mudarme, no podía dejarlo atrás. Tenía que encontrar una forma de llevármelo conmigo. Cogí mis herramientas y lo robé. Esta increíble pieza de historia está ahora oculta con maestría en una esfera arquitectónica minimalista en el corazón de mi nuevo hogar, y allí la disfruto con mis amigos. «Te lo contaré, si no se lo dices a nadie».